MIS PROTECTORES SOLARES IMPRESCINDIBLES PARA ESTE VERANO 2020
Si todos los años valoro mucho la protección solar, éste con más razón. El confinamiento nos ha ‘robado’ buena parte de la primavera. Nada de paseos con los primeros rayos de sol, ni ese rato de terraceo cuando los días empiezan a ser más largos, ni sentarme un rato en un banco al sol. Y se nota: como muchos he llegado a finales de junio más bien pálida.
Más allá de una cuestión estética, el bronceado es un mecanismo de la piel para defenderse del sol. A falta de este escudo natural, es más fácil quemarse. No en balde este 2020 los dermatólogos nos insisten mucho en apostar por una protección solar alta, como mínimo, FPS 30. Mucho mejor si optas por una FPS 50. Para el rostro y también, para el cuerpo, que a veces pensamos que las piernas no se queman y luego nos sorprendemos de que nos salgan lunares extraños.
Solares para el cuerpo
Si voy a tumbarme en la toalla, prefiero una textura fluida que se absorba rápido, como la solar corporal Sun Defense de Júlia Bonet. Toda la línea Sun defence nos ofrece una protección integral solar y anti edad protegiendo contra los dañinos rayos solares UVA/UVB y la Luz Azul.
Es resistente al agua, hipo alergénica, muy hidratante y evita esa desagradable sensación de tirantez al cabo del día cuando has tomado mucho el sol.
¡Sus texturas enamoran y el olor es suavemente adictivo!.
Para esos días de alta contaminación en la ciudad, que sabéis que intensifica el daño solar, mi opción será Non Stop Active Sun Protection Sport de Anne Möller. También tiene una textura no grasa, ideal, por ejemplo, si voy a practicar deporte al sol, desde el pádel a una sesión de aquagym en la piscina, porque también es resistente al agua.
Protección facial solar con color
Algo que desde hace años nunca falta en mi bolso es el protector solar con color Compacto de Shiseido. Es maquillaje filtro solar de larga duración. Os contaré un secreto: es resistente al agua, así que me lo pongo también esos primeros días de piscina en los que aún me veo con cara de acelga invernal. Otra opción menos densa, pero también con color, es Super Soin Solaire Teinté de Sisley. Lleva muchos antioxidantes e ingredientes antiedad para que el bronceado no se traduzca en arrugas y manchas al final del verano. Además, tiene una fragancia maravillosa a salvia y mejorana.
Si va s exponerte al sol, cual lagarto, siempre protección muy alta. Prueba ahora Sun Defence Facial SPF 50+, de Júlia Bonet. su fórmula de última generación te protegerá intensamente y te ayudará a preservar la juventud de tu piel.
Cremas solares para niños
Con mi hijo prefiero texturas muy suaves, nada pegajosas y, a ser posible, en aerosol o pulverizador. Si tenéis niños ya sabréis lo que cuesta darles la crema, así que todo lo que facilite el proceso, bienvenido sea. Isdin Pediatrics es uno de mis básicos cada verano. Algo que les suele encantar son las cremas solares en espuma. Se lo toman como un juego, incluso aceptan de buen grado dársela ellos solos. Así que Photoderm Kid Mousse de Bioderma será otra de mis adquisiciones de este verano
Bronceado duradero y luminoso con una after sun
Para que el bronceado me dure mucho no paso por alto aplicarme una buena after sun tras la ducha. Para el rostro, mascarilla SOS Coup de Soleil de Clarins. Lleva aloe vera calmante, karité para recuperar la hidratación y mimosa para frenar el daño de los radicales libres. Para el cuerpo, me encantan los aceites sublimadores para después del sol, como Tan Maximizer de Lancaster. Además de dejar un aspecto satinado ideal a la piel, lleva el complejo activador del bronceado TAC e ingredientes activos que prolongan su duración.
Algunos mitos sobre los solares
1. Tranquilidad: también te broncearás
La de veces que habrás escuchado esa leyenda urbana que asegura que con los protectores solares no te pones morena. ¡Para nada! Son cremas, no una muralla. Lo único que hacen es evitar es que te quemes con tanta facilidad. Por eso también te aseguran un bronceado paulatino y duradero: si no te quemas, no te pelas, tu piel está más fuerte y al final, ese ansiado bronce aguanta más.
2. Te protegen de arrugas y del melanoma
Los rayos ultravioleta del sol alteran el ADN celular. Al cabo de muchos años de largas exposiciones al sol, las células alteradas empiezan a reproducirse mal. Seguro que te has dado cuenta de que esas personas que siempre están muy bronceadas, también suelen tener una arrugas profundísimas. Y un montón de manchas. Échale la culpa al sol: reseca, reduce nuestra capacidad de generar colágeno y acaba echándonos años encima antes de tiempo.
A veces el daño va más allá y surge el cáncer de piel de origen solar, el temido melanoma.